Las islas Revillagigedo, ubicadas a unos 390
kilómetros al sur de Cabo San Lucas, en días pasados fueron nombradas por la
UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad, esto por su excepcional riqueza
natural terrestre y marina.
El descubrimiento y quien realizó dicho acto de las islas tuvo mucho que ver con el descubrimiento de nuestra California. El
descubridor de las islas fue Hernando de Grijalva en 1533, un capitán enviado
por Hernán Cortés a recorrer la entonces llamada Mar del Sur, hoy océano
Pacífico. Salieron del puerto de Santiago en Colima el 30 de octubre de 1533,
Grijalva iba capitaneado la nave San Lázaro pero el jefe de la expedición era
Diego Hurtado de Becerra quien iba a cargo de la nave La Concepción; a los
cinco días de zarpar un temporal separó las naves para nunca volverse a
encontrar, Grijalva navegó hacia el oeste encontrando y tomando posesión de
Isla Socorro a nombre de la corona española, la cual llamó isla de Santo Tomás,
después regresó y atracó en Acapulco. Afortunadamente su diario de navegación
aún se conserva en nuestros días en el Archivo General de Indias en Sevilla,
España.
En la nave Concepción se
amotinaron los marinos y, al mando de Fortún Jiménez, asesinaron al capitán
Becerra. Jiménez tomó el control de la expedición y regresaron a Jalisco a
desembarcar a los heridos y a dos frailes franciscanos que los acompañaban.
Tomaron rumbo norte y, días después, descubrieron lo que hoy es la bahía de La
Paz pero al desembarcar fueron muertos -incluyendo a Fortún- por los indios
californios, posiblemente por los pericúes que eran los más aguerridos y
dominaban las islas del golfo californiano, los pocos sobrevivientes lograron
huir y terminaron encallando la nave en la costa de Jalisco.
Dichos acontecimientos hicieron
que, como el mismo Cortés afirma, "tendría que levantar sus faldas para ir
a visitar aquella tierra". La nave San Lázaro, que fue la se utilizó en el
descubrimiento de las Revillagigedo, fue una de las que llevó Hernán Cortés al
arribar el 3 de mayo de 1535 a la bahía de La Paz y tomar posesión de ella en
nombre de su majestad el rey Carlos I de España, nombrándola Bahía de Santa
Cruz, don Hernando Grijalva acompañó a Cortés en aquella primera fundación de
La Paz y permaneció varios meses tratando de hacer prosperar dicho
establecimiento.