domingo, 24 de abril de 2016

CONFERENCIA EN TODOS SANTOS DEL CRONISTA EL 11 MARZO 2016

(Nota: el siguiente texto se realizó escuchando la grabación de lo que se dijo en la conferencia, por eso el tono oral está implícito, estas palabras antes de ser texto fueron habladas. Una disculpa de antemano por las repeticiones y a veces incoherencias que pueda presentar la redacción y sonar extraña cuando se lee.)


Ética y Estética en la obra del General Manuel Márquez de León. Conferencia pronunciada en el Teatro Gral. Manuel Márquez de León, el 11 de marzo de 2016.

     Hola que tal buenos días, como están, como en el salón de clases los chamacos se sientan atrás para que no se vea lo que hacen, yo también fui estudiante y me la sé más o menos. Buenos días, señora Silvia mucho gusto en saludarla, compañeros que están en el municipio, señoras, alumnos, padres de familia y por supuesto profesores y público en general. Bueno, primero que nada me quiero disculpar porque al estar aquí hoy me siento como un gitano, que le está leyendo la mano a un gitano, y como dicen entre gitanos no nos leemos la mano, el pueblo de los amores y de parte de la gran vida de Manuel Márquez de León es Todos Santos, y así se llama el teatro en que estamos incluso y que mejor marco de referencia que el propio Teatro Manuel Márquez de León para hablar sobre la obra del General. Todavía se disputa, es una disputa que hay entre los pueblos, entre San Antonio y Todos Santos para ver, o para saber, cuál es el pueblo de donde fue oriundo el General, si nació en San Antonio o nació en Todos Santos, es algo que todavía no se ha aclarado, en la fe bautismal del general dice que nació en San Antonio, en el acta de la parroquia ahí está registrado por sus padres el 5 de marzo de 1822, entonces pues se toma como oficial el pueblo de San Antonio aunque el General menciona en muchas partes, incluso durante su Revolución contra Porfirio Díaz, al pueblo de Todos Santos y parte de la Revolución de El Triunfo se vino para acá en 1879.

     Vamos a ver un poquito de su vida y ya después hablar del tema de la estética  Para después hablar sobre el tema de la estética, y quise hablar del tema de la estética porque era algo ad hoc, algo que viniera junto con el Festival, me pidieron hacer una charla, una conferencia sobre lo que yo quisiera y entonces yo quería hablar sobre el General Márquez de León pero también relacionándolo un poco con la idea de estética.

   Bueno, pues el General es conocido como el máximo héroe de sudcalifornia y los sudcalifornianos así lo vemos, incluso en La Paz, en la Rotonda de los Hombres Ilustres de Sudcalifornia, ahí están sus restos desde 1985 se trajeron sus restos desde la Ciudad de México. Y se le considera un personaje ilustre porque fue una persona que luchó contra la invasión norteamericana en 1847, en la guerra México-norteamericana donde los únicos lugares donde se les ganó a los gringos fue aquí precisamente en Baja California, se les ganó en Mulegé, en San José del Cabo hubo algunas victorias, lo demás fue puras derrotas; incluso cuando se firmó el armisticio del Tratado de Guadalupe Hidalgo aquí se siguió combatiendo porque llegaban tardes las noticias y seguíamos peleando con los gringos aquí y no nos habíamos enterado de que ya habíamos negociado, se había capitulado y perdimos la mitad del territorio nacional.  El General ahí anduvo en ese conflicto, que tenía 25 ó 26 años por esa época, participó en esa Guerra. Él empieza en la milicia en la Marina, empieza de marino en Mazatlán y de ahí va escalando, como se sube de grado en el Ejército de cabo a sargento, capitán, capitán de fragata, general y así.

    Después el General se va a la Ciudad de México porque es elegido diputado en 1856 y participa allá en la organización de la Constitución de 1857, la Constitución liberal que hace la separación de la Iglesia y el Estado y un año después es cuando Benito Juárez accede, por primera vez, a la Presidencia de la República. Márquez está influido por esa idea, por el pensamiento influyente de ese tiempo que era el liberalismo, el cual decía que el Estado es un poder separado de la Iglesia y que la sociedad debía regirse por leyes terrenales no por las leyes divinas, lo divino tiene que ver con la religión y lo político, las leyes de aquí tienen que ver con el Estado y con una normatividad que no tiene nada que ver con el clero. Lo de aquí es una república, una forma de gobierno republicana.

     Márquez de León participa, no firma la constitución de 1857 porque se tiene que ir a combatir a los conservadores, por lo cual no aparece su firma en las actas pero participó en los debates y estaba totalmente de acuerdo con esta separación de la iglesia y el Estado. Después de esta fecha continúa la pugna, recordemos que México es un país ya independiente desde 1821, pero no había estabilizado su forma de gobierno, no había consolidado una nación, los estados estaban todavía dispersos por ahí los territorios, no se contaba con un poder visible central bien definido cuando llega en 1858 don Benito Juárez ya hay un poco de homogeneización en el poder, ya Juárez comienza a llamar un poco a los caudillos, incluso es la idea de Juárez llamar a los jefes del norte y lograr tener cierto contacto con ellos y empezar ejercer el poder político en esta zona del país, que realmente se constituyera la nación y precisamente es ese período hacia adelante donde se empieza a dibujar una nación como tal, una república, una federación.

     Pero desgraciadamente por ambiciones imperialistas de las potencias, en este caso España, Francia, Inglaterra, la primera intervención francesa que fue la guerra de los pasteles unos años antes, y después la invasión de 1862 del imperio francés de Napoleón a México, el período del Imperio Mexicano, incluso por ahí hay un escrito donde Manuel Márquez le señala a Juárez que debían replegarse a la Ciudad de México para contenerlos y ahí dar la batalla, dice que Juárez se empecinó y decidió resistir en Puebla, hay un telegrama por ahí que Juárez le manda a Márquez y le dice “ya ve, Puebla resiste heroicamente” y recordamos la batalla del 5 de mayo de 1862 donde efectivamente se derrota a los franceses, pero fue una derrota temporal, porque los franceses se logran reagrupar, vencen y toman Puebla y avanzan a la Ciudad de México.

     Márquez  decía que como él no era muy cercano a Juárez en el sentido ideológico, eran liberales pero había ciertas tendencias dentro del liberalismo mexicano, en este sentido Márquez era más militarista, él decía que sí le tenía respeto a Juárez, pero como él era del norte no era tan cercano, él si tenía por lo menos un poco el descaro de hablarle al tú por tú a Juárez, y en ese hablarle decía que Porfirio Díaz, que era amigo de Márquez, sí le tenía mucho respeto porque Porfirio Díaz y Benito Juárez eran oaxaqueños y cuando Juárez fue gobernador de Oaxaca Díaz fue muy cercano y conoció la obra política y la obra de gobierno de Juárez y le guardaba mucho respeto.

   Pero Márquez decía que como él no era oaxaqueño, como él era californiano, él le podía hablar al tú por tú a Juárez, incluso hay un diálogo ahí histórico en donde platican Márquez, Juárez y Porfirio Díaz cuando los franceses invaden México; y principalmente esta reunión es para ponerse de acuerdo como van a trabajar Díaz y Márquez en el norte, en occidente para refrenar el avance francés hacia el norte, Juárez sabemos que, toma la decisión de salirse de la ciudad e México, y avanza hacia el norte, llega a San Luis Potosí, luego está en Monterrey, se traslada a Chihuahua y al extremo se va a lo que era Paso del Norte que hoy se conoce precisamente como Ciudad Juárez, en la pura línea divisoria con los Estados Unidos. Márquez se va a Veracruz, por ahí también en el Archivo Histórico de Porfirio Díaz se habla de la persona quien ayudó a Márquez a salir del país y hace toda una travesía desde Veracruz a Nueva Orleans, por ahí por Estados Unidos cruza hacia California y baja por Sonora y ahí organiza la fuerza que va a contener un poco a los franceses.  Los franceses fue una serie de coincidencias, principalmente el empuje de los Estados Unidos y el bajar de la meseta central, los franceses habían combatido en las partes altas de México, mayores a 1 500 metros, toda la parte central del país, a esa altura la temperatura es muy fresca, pero cuando bajan y empiezan a encontrar otro tipo de clima, uno más tórrido, empiezan a tener dificultades. En lugares tropicales en esa ciudad en esas partes no se dan las condiciones como en Francia, entonces los franceses cuando se están movimiento hacia el norte bajan la Sierra Madre y llegan a Mazatlán, llegan a Nayarit, llegan a las costas del Pacífico y se encuentran con que las condiciones climáticas son muy diferentes a las que encontraron en el Altiplano y eran muy parecidas a las de Francia, entonces eso frena el avance de los franceses, el calor, los mosquitos, la fiebre amarilla y así.

    Otro factor es que Juárez está en la frontera norte, en el Paso del Norte,  y los Estados Unidos le dicen a Maximiliano: “si tú te acercas a una distancia menor a 20 kilómetros de mi frontera, yo voy a ir por ti, voy a cruzar la frontera y te voy a atacar” y entonces los franceses prudentemente, sabiendo que Juárez de alguna manera había tenido algún apoyo de los norteamericanos, no llegan hasta Paso del Norte y se quedan en una línea al norte de la ciudad de Chihuahua desde la cual las fuerzas juaristas van combatiendo. Sucede una guerra en Europa, la francoprusiana, Prusia que era Alemania en ese tiempo, y entonces Napoleón debe retirar sus tropas de México para combatir a los alemanes que les estaban guerreando en la frontera francoalemana; toda esta serie de condiciones hace que los franceses empiecen a replegarse, pero también existió una serie de mexicanos pundonorosos, heroicos que precisamente resistieron y dirigieron esa resistencia. En ese tiempo Márquez anduvo en Sinaloa, en Durango, en Zacatecas, en Chihuahua, en Jalisco  e incluso Juárez lo nombró gobernador de Durango, lo nombró gobernador de Sinaloa por unos meses mientras se combatía a los franceses. En este tiempo  había dos gobiernos, estaba el gobierno juarista y republicano reconocido por Estados Unidos, y el gobierno imperialista de Maximiliano reconocido por las potencias europeas. Los principales generales de Juárez eran Díaz, Márquez, Manuel Doblado, Degollado y todos ellos empezaron a ganar batallas, hay vestigios históricos donde se nombra a Manuel Márquez participando en enfrentamientos en Jalisco, Guanajuato, etc., entonces Porfirio Díaz y ellos van aglutinando un buen ejército y siguen cosechando victorias ganándole a los franceses y los van haciendo replegarse hacia el sur, incluso Díaz por este respeto al juarismo, es que no toma la Ciudad de México, se queda a sus puertas, se hace a un lado y espera a que Juárez entre victorioso, es la entrada de Juárez triunfador en 1867 y se restaura la República. Entonces durante este lapso de tiempo surgieron los dos grandes caudillos del liberalismo mexicano: Juárez por un lado que tenía el poder porque era el Presidente y el otro era Porfirio Díaz y que gracias a que fue uno de los generales más valerosos en la guerra contra los franceses emergió como una figura también política muy importante; esta parte es muy importante porque hay que ver a los personajes en su contexto, definitivamente Díaz fue después un dictador, se reeligió varias veces, duró más de 30 años en el poder, pero no hay que perder de vista que fue uno de los grandes héroes de la Guerra contra el Imperio Francés, como también lo fue el general Márquez; pero siempre en la política surgen las pugnas entonces cuando Juárez retoma el poder empieza a hacer fricción con Porfirio Díaz porque es otro poder que surge, un poder político, y Márquez va junto con Díaz. Entonces ya sabemos la historia que sigue después: muere Juárez, Díaz después llega al poder en 1876 y nombra a Márquez de León como Comandante General de la Mar del Sur y ¿qué es la Mar del Sur? es el océano Pacífico. Este nombramiento Márquez, más que como un premio, lo ve como un castigo, siente que lo hace a un lado, en vez de darle la Secretaría de Gobernación, la de Hacienda, es decir una cartera más importante lo hace a un lado y lo saca, del juego político y lo manda a Mazatlán, donde se encuentra la comandancia Naval del Pacífico. Entonces Márquez empieza a notar que Porfirio Díaz tampoco está reconociendo el Plan de Tuxtepec que fue la bandera con la que accedieron al poder; entonces le empieza a reclamar, incluso hay unas cartas históricas, le reclama por qué se ha alejado de los ideales del liberalismo, de la revolución, que si ellos querían que se quitara Juárez, que se quitara Lerdo de la presidencia, era precisamente porque estaba haciendo las cosas de una manera torcida y ellos lo iban a hacer bien. Con estos reclamos Márquez empieza a ser un estorbo para Díaz. Llega ya a ser un problema, y entonces manda que se le vigile. Pero Márquez sigue siendo comandante de la Mar del Sur, tiene a su mando la marina del Pacífico, con otros generales empiezan un poquito a conspirar contra Porifirio Díaz, con otros generales, como el general Terrones en Sinaloa, otros allá en Sonora.

     Aquí ya tenemos que Márquez renuncia en 1879 a ese cargo que tenía en el gobierno de Díaz y se dirige para La Paz, y deja allá en Sinaloa todo organizado para una revuelta. Él no quiere iniciar la revolución aquí contra Díaz porque sabía que pues era un lugar muy poco poblado y aparte de aislado y de muy escasos recursos, un lugar de una economía muy frágil, de una sociedad reducida, nosotros sabemos que las condiciones del desierto, la falta de agua, todas esas condiciones son precisamente por las que, Baja California, mucho tiempo fue despoblada y todavía en ese tiempo seguía siendo así, entonces las condiciones no son las óptimas para una revolución; eso lo sabía perfectamente, pero él esperaba comenzar algo aquí para ya después pasar al macizo continental donde se iban a levantar en Mazatlán y Culiacán otros generales y de ahí avanzarían a la ciudad de México para tomar el poder y derrocar a Porfirio Díaz de la presidencia.

   Fíjense nomás los alcances tan grandes que tiene este personaje: un todosanteño, o realeño, un sudcaliforniano del siglo diecinueve, en un pobladito, estuvo a punto de haber logrado una revolución general, derrocado a Porfirio Díaz y, muy posiblemente él u otro general de Sinaloa pudieron haber tomado la presidencia del país; tal vez la historia hubiera sido muy distinta para Baja California, incluso para México, si Manuel Márquez hubiera cosechado un éxito en esa Revolución de 1879.

    Entonces Márquez está aquí, pero siente que la revolución no tiene el suficiente poder, no está muy enlazada con la gente de Sonora y es cuando decide irse a Estados Unidos a conseguir armas, pero en lo que se anda yendo para el norte, la gente que estaba en El Triunfo, no se entera de que no se iba a realizar ninguna revolución y se levantan en armas. Márquez se entera y tiene que regresar de Bahía Magdalena, ya se iba a embarcar a San Francisco, tiene que regresar a Todos Santos, aquí para secundar el movimiento que ya se inició, tiene que levantarse en armas y viajan a la ciudad de La Paz el 22 de noviembre de 1879, con el Plan de El Triunfo se levanta en armas contra el gobierno de Díaz. Y en este Plan de El Triunfo dice que se va a derrocar al gobierno, logra tomar La Paz, aunque seguían con pocas municiones, con poco armamento, con pocos soldados que lo habían secundando y llega un barco de Mazatlán, el Demócrata se llamaba, pero para ayudar al General Bibiano Dávalos, quien era el encargado de la guarnición del gobierno en la Baja California. Márquez se repliega a Todos Santos con su tropa, y aquí lo persiguen las fuerzas federales y cerca del cerro de San Juan, no sé por dónde queda el Cerro de San Juan aquí, pero ahí lo señala en la historia que se da la batalla entre las fuerzas federales y los marquistas durante principios del mes de diciembre de 1879; las fuerzas marquistas derrotan a la fuerza porfirista y éstos se tienen que replegar, obviamente en la guerra como en la vida misma, los chismes también juegan a favor o en contra, los triunfos te engrandecen y las derrotas te empequeñecen, entonces como fue una derrota muy contundente, rápidamente cundió el rumor de que Márquez contaba con una gran fuerza y un gran armamento con el cual podrían tomar La Paz en cualquier momento, el jefe de las fuerzas federales en La Paz se retira a Mazatlán y las gavillas marquistas logran tomar La Paz de nuevo el 4 de diciembre de 1879 y ¿qué pasa? Llega fuerza federal de Sonora, a cargo del general Carbó muy famoso, desembarca en La Paz, de las fuerzas marquistas había quedado Clodomiro Cota como jefe político y Márquez se enfila a Estados Unidos desesperadamente a buscar armas, a buscar apoyo, pero en ese ínterin que intenta irse, llegan las fuerzas porfiristas a la Paz y derrotan a los marquistas, estos se dispersan y el General regresa se pone al frente de sus fuerzas e inicia un trayecto a caballo con su gente hasta la frontera con Estados Unidos, donde cruza más o menos en marzo de 1880. Allá el General se queda en San Francisco que era un puertecito, no era la gran ciudad tecnológica, de grandes avances, era un sitio pequeño donde empezaba a poblarse apenas. Entonces llega allá el General y el gobierno de Díaz trata de extraditarlo como un traidor a la patria, como una persona nociva que había cometido delitos aquí y se le pedía al gobierno norteamericano que lo pasara a México para poder encarcelarlo.


CARTA ANÓNIMA FIRMADA COMO "JUAN TENORIO", SEUDÓNIMO UTILIZADO POR MÁRQUEZ DE LEÓN PARA ENVIAR CORRESPONDENCIA ANTES DEL LEVANTAMIENTO DE EL TRIUNFO A FINALES DE 1879. EL ORIGINAL SE ENCUENTRA EN EL ARCHIVO HISTÓRICO DE BAJA CALIFORNIA SUR "PROFR. PABLO L. MARTÍNEZ"

   Estamos hablando de 1880 y entonces esta es la vida más o menos del General en sus grandes líneas; él no solamente era un general, un militar, sino que también era un político y también era un pensador que se circunscribía en una forma de pensamiento político se llama el liberalismo, el cual es una forma de pensamiento político que viene de hace cuatro siglos y que empezó en Inglaterra, pero hay una forma que pasó a América, mexicanizada, el liberalismo mexicano; el que promulgó la Constitución de 1857, las leyes de la separación de la Iglesia y el Estado, etc. Entonces este tipo de liberalismo es al que pertenece, ideológicamente, en cuanto a ideología política el general Manuel Márquez de León.

  Bueno, en este punto, ya cuando el general Márquez de León se encuentra en San Francisco está desterrado, no tiene dinero, no tiene a dónde ir, vive en una casucha, una pensión, y entonces él se pone a escribir y dice que se inclina a escribir porque siente que ya son sus últimos años y se va a morir y señala que no quiere que mueran con él sus pensamientos, entonces lo que él hace es redactar un texto, que lo acaba de editar el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, y que se llama “En mis ratos de soledad y el subtitulo es “pensamientos filosóficos”. Como ya señalamos, esta obra la escribe en el exilio en San Francisco, California en 1882. Está casi cinco años Márquez de León en ese lugar pobre, sin recursos, enfermo, sin mucho contacto con México y queriendo regresar. En esta obra el señala su pensamiento, y es una obra donde él defiende  a Dios, defiende la religión católica, lo cual de alguna manera es defender su forma de pensar. Pero ¿qué tiene qué ver esto con la estética? Que ahí es a lo que quiero llegar; la estética es una rama de la filosofía y que tiene que ver con lo bello, con la percepción de lo bello, pero es una rama de la filosofía moderna, nació en el siglo XVII con Baumgarten, un filósofo alemán. La filosofía clásica, la griega del siglo IV del siglo III antes de Cristo no hablaba de estética porque, para los griegos, lo bello era bueno y lo bueno era bello, ¿qué quiere decir? Que ética y estética es lo mismo para los griegos, en la polis en la ciudad, lo que es bello es bueno y lo que es bueno para la polis, para la ciudad, es bello. Entonces los filósofos antiguos no distinguían entre lo bello y lo bueno, sino que era lo que llamaban ellos καλὸς κἀγαθός, esto es que lo bueno y lo bello están juntos y son idealmente inescindibles.




CRONISTA DE LA CIUDAD DURANTE LA CONFERENCIA



VISTA LATERAL DEL TEATRO GRAL. MANUEL MÁRQUEZ DE LEÓN EN TODOS SANTOS.

    La filosofía política de Márquez de León nos refiere en una parte a la ética, disciplina que junto con la estética, es otra rama de la filosofía, yo sé que a ustedes en cecyte les dan lógica, les dan ética y en sexto semestre les dan temas de filosofía ¿verdad?, ok, pues con esto tiene que ver la filosofía y el texto del general Márquez se subtitula precisamente “pensamientos filosóficos”, y nos dice en este texto que él dio todo por su patria, él se quedó pobre, se quedó sin recursos, vendió tierras en Todos Santos, vendió tierras en San Antonio, en La Paz vendió su casa, se metió en problemas con su familia y sus hijos no tenía cómo alimentarlos, vendió su ganado, dejó de cultivar la tierra, por adherirse a la revolución liberal, por hacer de este un país mejor.  Márquez de León en su forma de entender el Estado, de entender la política, tiene un poquito del concepto griego de polis, de ciudad, de la bondad: la política tiene que servir a la sociedad, nos dice, no es el individuo, no es el personaje, no es el héroe, es la sociedad, la política tiene que servir a la gente, a la sociedad. El hecho de que un personaje sobresalga, de que un individuo se quiera dar todo el crédito son cosas que no van en ese pensamiento, él está en contra del caudillismo, aunque él, de alguna manera sea un caudillo.
    Para Márquez de León el servir a la patria, el ayudar a la sociedad, es tener un concepto ético de comunidad, donde todos veamos por los otros, donde todos nos ayudemos es un poquito un concepto también cristiano; precisamente en este texto Márquez de León defiende a Dios y a la religión cristiana porque dice que hay un fundamento ahí de sociedad, que si no fuera por la ética y por la moral cristiana, entonces nosotros no seríamos buenos y no tenderíamos al bien. Para el pensamiento de Márquez la estética y la ética irían juntas en una ideología política, como comportamiento social van de la mano. Porque la estética tiene que ver con la sensibilidad, la estética no es el changarrito ese donde te peinan y te ponen rayitos, no, eso no es; la estética tiene que ver con esta forma de la filosofía que estudia lo bello y lo sensible y con esto mismo más que nada, con el arte mismo. El arte es sensible, es sensibilidad, ante una obra hay una representación de algo humano, como decían los humanistas “nada humano me es ajeno”, en una obra por más que digamos que hay colores ahí, algo que no se alcanza a comprender, abstracto le llaman, pero ahí hay algo de humanidad, hay una representación y el arte así es; más que buscarle el sentido o la explicación ¿qué quiere decir el artista?  ¿Qué me quiere dar a entender el artista? ¿Cuál es el mensaje? a veces no es tanto el mensaje o, más bien, el mensaje mismo es lo humano, lo humano mismo es el mensaje, no hay tanto que buscarle una explicación porque no es ciencia pues, no es dos más dos cuatro, ni es que si vamos hacer un experimento de química, no, al arte no hay que buscarle mensaje, el arte es el mensaje mismo, es lo humano representado. Este es el concepto de estética, lo sensible; lo que a ti te deja una obra de arte es la sensibilidad que se manifiesta en la obra: una escultura, una pintura, una danza, una obra de teatro, es esa comunión, esa comunidad, de comunidad de lo humano, entre un artista y un espectador, esa chispa que surge es el mensaje, ese es el arte, no le busquemos  significados al arte ni qué quiere transmitir el artista,  es el concepto de estética y lo que tiene que ver con el arte y la teoría de lo bello.

     Esta sensibilidad de su teoría política, de su ideología, se manifiesta en una ética que es reflexividad, que es reflexión, entonces aquí está la reflexión y la parte ética reflejada en una escritura, ¿qué dice Márquez? Dice “yo quiero que mis compatriotas, mis conciudadanos a futuro, los todosanteños, los triunfeños, los paceños, los bajacalifornianos, sepan que yo hice esto por Baja California, hice esto por México y ahí se manifiesta la idea reflexiva. En la obra se manifiesta una reflexión pero esa reflexión tuvo que ver con un proceso sensitivo, estético, de sensación, yo no me vuelco a hacer una revolución, yo no me muevo para ayudar a mi país hasta que yo estoy viendo algo, que hay algo mal ahí, que hay algo que no encaja, hay algo que yo considero que es éticamente reprobable, ese político no anda haciendo las cosas bien, ese personaje no anda haciendo las cosas bien, Juárez traicionó los ideales del liberalismo, Porfirio Díaz traicionó los ideales del liberalismo, yo no quiero a los franceses en mi tierra, y no quiero a los gringos tampoco aquí porque ya los conozco y los combatí, a los franceses también y Juárez anda haciendo negocios con los gringos, y Díaz anda haciendo negocios con los franceses”, este es el pensamiento de Manuel Márquez, de Márquez de León, esta es la herencia que nos dejó el General Márquez y lo que tiene que ver, jugando un poquito con estos conceptos de ética y estética, con lo que es su obra política. Y ya con esto a mí no me queda más que agradecerles que me hayan invitado, y espero poder volver a estar de nueva cuenta por aquí.

    Muchas gracias.

domingo, 17 de abril de 2016

EL PASO DEL CICLÓN DE 1918 POR LA BAJA CALIFORNIA

    

      En nuestro estado de Baja California Sur es cosa común el acercamiento y paso de ciclones tropicales durante el verano e inicio del otoño, como hemos comentado en otros lados, estos tienen gran influencia sobre las condiciones de vida en el agreste y seco medio peninsular, sin las lluvias que aportan difícil sería mantener núcleos poblacionales, son de un gran beneficio. Desgraciadamente, cuando el sudcaliforniano no toma las medidas pertinentes, es cuando estos benefactores pueden trocarse en desgracias, donde los beneficios pueden ser menores a los daños y, lo más lamentable, esos daños pueden significar la pérdida de vidas humanas. 

    Los ciclones tropicales  son de los eventos meteorológicos de mayor capacidad destructiva en nuestro planeta, pues llegan a combinar lluvias torrenciales con vientos intensos, además de inmensas marejadas que pueden destruir pueblos y ciudades en la línea de costa cercana al impacto. El principal factor para medir la intensidad de un ciclón es, básicamente, la fuerza de los vientos que sostiene cerca de su centro. Recordemos que los huracanes en el hemisferio norte hacen el giro sobre su eje en sentido contrario a las manecillas del reloj, este giro provoca que la zona central del sistema forme un espacio bien definido de baja presión, con ausencia de nubes y en calma, denominado ojo; esta es la zona nucleogenética de los ciclones pues controla el movimiento del ciclón y participa en su mayor parte de la "absorción" de calor necesario que asciende y se distribuye por todo el ciclón, incrementando su potencia. 

   Uno de los más potentes y desastrosos ciclones que han tocado el sur de la península californiana, hoy nuestro llamado estado de Baja California Sur, fue el ciclón que golpeó sudcalifornia del 15 al 17 de septiembre de 1918, hace casi un siglo. Después del ciclón Liza de 1976, es éste ciclón sin nombre del año de 1918, el segundo ciclón que ha dejado más víctimas a su paso por estas tierras pues se habla que fueron 25 víctimas mortales, y todas fueron en San José del Cabo.

    Históricamente hay poca información sobre los ciclones en nuestra media península, yéndonos más atrás unos 30 años en el tiempo, es muy complicado conocer las tormentas tropicales y ciclones que nos han afectado; ha faltado una socialización del conocimiento en este aspecto, el gobierno de México desde finales del siglo XIX tiene un área de meteorología que atiende e informa sobre este tipo de fenómenos pero, desgraciadamente, la información no llega al común de la población a veces ni en el momento mismo de su generación, cuando el fenómeno está en desenvolvimiento y ponen en peligro a la población, mucho menos se ha hecho la historiación y difusión social de los datos. Contrario a ese auto desprecio de los hechos en nuestro país, han sido los Estados Unidos los que mantienen un registro consecuente de las tormentas tropicales y huracanes en nuestra zona del Pacífico nororiental. Para efectos de enriquecer este trabajo sobre el huracán de 1918, hemos echado mano del importante informe que sobre el mismo escribió en el Monthly Weather Review, Franklin G. Tingley, meteorólogo de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA)y que se publicó en Washington durante enero de 1919.

   Tingley afirma que fue durante los días del 14 al 17 de septiembre de 1918 en que este huracán surcó las aguas del Pacífico mexicano, internándose a la media península por San José del Cabo y continuando hacia el norte, pasando por tierra muy cerca de la ciudad de La Paz, trayectoria que dibuja Tingley en el mapa que se muestra arriba, y en la cual se aprecia un recorrido muy parecido al del muy recordado y reciente potente huracán Odile. Tingley recoge los informes de dos embarcaciones que se encontraron al huracán de 1918 en mar abierto. El primer navío que cita información es el del barco Delagoa, de bandera danesa y un peso de 3, 541 toneladas. El informe de ese primer encuentro que hace el capitán Hansen son transcritos por Tingley para documentar su informe. En ellos da cuenta el capitán que se encontraron con el huracán en 19° grados latitud norte y 106° longitud oeste,  estas coordenadas son en mar abierto a unos 170 kilómetros al oeste del puerto de Manzanillo, Colima.  El 14 de septiembre desde el Delagoa comenzaron a sentir la elevación del oleaje de rumbo este sureste y para la medianoche el viento ya se incrementaba a casi 20 km/h; en la madrugada del día 15 el viento del noreste fue en incremento hasta llegar a los 100 km/h, con la nubosidad y lluvia característica del acercamiento de un ciclón; para las seis de la mañana el viento ya rebasaba los 120 km/h, lo cual colocaba al barco bajo los efectos de un huracán en toda su magnitud.  En punto de las 8 de la mañana el viento fuerte siguió aumentando, por la descripción que hace el capitán de estar bajo "un huracán violento" debemos suponer que era un huracán mayor, de lo que hoy se conocería en la escala de huracanes Saffir-Simpson como un Categoría 3 por lo menos. Señala el informe que el mar subió increíblemente del sureste, los chubascos eran torrenciales con olas que rompían muy alto y el barco estaba totalmente a la deriva recibiendo severos golpes del agua en el casco de la nave. Para las 10 de la mañana notaron que, el centro del huracán, les pasaba por el este, dirigiéndose dicho fenómeno rumbo al norte, esto les dio pie a intentar dirigir la nave hacia el sur para escapar de la tormenta, el viento comenzó a cambiar de dirección, primero viniendo del norte y noroeste, para después soplar al oeste, y a la una de la tarde del suroeste. En este tiempo se registró la presión mínima de 975 hectoPascales, lo cual es característico de un huracán categoría 2, aunque la medida que determina hoy en día la clasificación de la intensidad de un huracán es la fuerza de sus vientos.

   Hubo otro barco que se encontró cerca del huracán y reportó algunos datos, fue el Ciudad de Para, el cual cubría la ruta del canal de Panamá hacia San Francisco; cuenta su capitán G. McKinnon que el 16 de septiembre se encontraban en 22° latitud norte y 110° longitud oeste, esto es a unos 100 kms. al sur de Los Cabos, los efectos que ellos sintieron en la noche del 16 al 17 de septiembre fueron una presión atmosférica de 993 Hpa. y un viento de 80 km/h del oeste-noroeste. Esto es que el huracán pasó al lado de derecho (este) de la embarcación, por la trayectoria del ciclón que era hacia el noroeste y que la parte más potente del ciclón ya había tocado el sur de la península bajacaliforniana, el barco Ciudad de Para no sintió el golpe del huracán desde todos los cuadrantes, es decir no estuvo tan cerca del centro del ciclón como el Delagoa, más sin embargo alcanzó a ser golpeado por el cuadrante suroeste del ciclón con una fuerza de tormenta tropical. Como diríamos en el argot choyero sobre ciclones, les tocó la pura "colita".

   Estos interesantes datos de la navegación marítima nos sirven para conocer en gran medida de la potente dimensión del huracán, el cual comenzó a golpear San José del Cabo con toda su furia durante la tarde del día 16 de septiembre para durante la madrugada enfilarse sobre tierra hacia la ciudad de La Paz. Aquí es importante compartir el informe que envió a su país el consul estadounidense B.F. Yost, quien se encontraba en Santa Rosalía, según mis rudimentarios conocimientos del idioma, traduciendo el informe citado la narración sería la siguiente:

    El mayor daño hecho en La Paz es para las embarcaciones; cada barco en la bahía fue volado sobre la playa, más o menos todos fueron dañados y unos totalmente arruinados. Como La Paz es principalmente comunidad marítimo, muchas personas tenían todos sus ahorros invertidos en pequeños balandros usados en el cabotaje. algunos de estos navíos  fueron totalmente destruidos, mientras los otros que quedaron ha sido imposible de repararlos hasta ahora debido a la ausencia total de los materiales necesarios, como la estopa, hojas de cobre, y clavos de cobre.




     El resultado es que la mayor parte de los navíos están todavía sobre la playa y en espera de ser reparados antes de que puedan ser puestos a flote de nuevo. El daño en La Paz y sus alrededores probablemente alcanzará un total de 200, 000 pesos. El viento del norte y el noreste fue el que hizo el mayor daño. El vapor americano Sun Gabrien, en marcha para La Paz sobre aquel tiempo, con una carga general grande, ha fallado en llegar, según cuentan los periódicos. Otro vapor americano, el Coos Bahia, con rumbo hacia San Francisco, es dado por perdido con todo a bordo. Otros navíos que habían sido reportados perdidos, gradualmente se ha estado teniendo noticias de ellos. 
   
    Los informes de San José del Cabo indicarían que la tormenta fue sumamente severa allí. Pequeños arroyos se hicieron torrentes furiosos, arrasando todo en su camino y dejando casas y árboles en el mar. Muchas personas perdieron sus vidas ahogados o por caída de árboles, el número de muertos hasta ahora se considera que es de 25. San José es el centro de la industria de caña de azúcar, cuya cosecha sufrió un daño considerable; otras cosechas han sufrido en la misma proporción. Las comunidades de Santiago, Miraflores, y San Bartolo San fueron golpeadas con severidad por la tormenta, aunque ninguna muertes haya sido reportada de aquellos sitios. Sin embargo, mucho daño fue hecho a las cosechas recientes. En El Triunfo la tormenta era claramente menos violenta, pero aproximadamente 20 pulgadas de precipitación fueron cuantificadas. Muchas casas fueron arruinadas y la mayor parte de los techos volaron. Casi todos los edificios sufrieron algún tipo de daño.

    De toda la información disponible, es fácil de afirmar que la tormenta parece haber sido limitada a la parte del sur de la península, que fue muy dura, como huracán, en el Distrito de San José del Cabo, y probablemente alcanzó gran fuerza en alguna distancia en el mar adentro. Esto alcanzaría una muy pequeña parte al noreste y al oeste de La Paz. Los efectos de la tormenta en Mazatlan, Altata, y Guaymas no fueron tan sensibles, pero una marejada y viento pesada del sudoeste fue sentida. 


    En Santa Rosalía muy poco viento fue registrado, y este nunca alcanzó la velocidad de una tormenta. una marejada pesada del sudeste ha continuado durante dos días sin hacer cualquier daño material, excepto el lado de un pedazo de muelle de la Compañía Boleo que embarca en esta parte del Golfo fue algo trastornada. Se pensaba que 11 barcos alemanes que navegaban cerca, y fueron anclados en Santa Rosalía, podrían sufrir daño, pero ellos soportaron la corriente marina en buenas condiciones.  


El daño total causado en el área afectada por el ciclón, sin contar los barcos perdidos en el mar, puede ser estimado en aproximadamente medio millón de pesos.


    Existe otra información al respecto, esta fue realizada en el año de 1929 en la publicación Monthly Weaher Review, editada por Alfred J Henry, y en la que se da cuenta de 18 ciclones tropicales de tamaño considerable que afectaron al Pacífico nororiental de 1895 a 1928. Este informe es importante porque habla de que el huracán de 1918 no tocó tierra sudcaliforniana en el sur, sino que rozó por el este Los Cabos, por el golfo de California, pegándose a la costa, pasando a unos 50 kms. al este de Cabo Pulmo, a unos 40 kms. al este de La Paz, para después perder fuerza y tocar tierra ya debilitado en un punto un poco al sur de Loreto. En el siguiente mapa hemos resaltado la trayectoria que señala la publicación de Alfred J. Henry que examinamos:



    Esta versión del paso paralelo a la costa sudcaliforniana tiene sentido si pensamos que el reporte de destrozos en La Paz que presentamos afirma que la ciudad capital resintió el viento más fuerte del norte y noreste, de haber tocado tierra en San José primero, entonces los ataques más fuertes a la ciudad de La Paz se hubieran dado por el este y luego el sureste; otro punto importante es la información que remite el barco Coos Bahia, el cual, por las coordenadas que señala y la hora en que se encontraba ahí, entonces debía haber recibido mucho más intenso el temporal, como de un huracán y no como tormenta tropical como reportó. Además la investigación de Henry es 11 años después del huracán cuando se tenían más datos del evento que en 1919 año en que salió el informe de Tingley. Estos tres hechos respaldan la versión de que el ciclón no tocó tierra en Los Cabos sino que siguió de largo pegado a la costa. Sin embargo, hay una cuestión importante que le da solidez a la posible trayectoria que nos ofrece Tingley en su mapa de 1919, y esto es la inmensa destrucción de San José del Cabo, la cual hubiera sido difícil ver si el huracán hubiera pasado a unos 100 kms. de la ciudad como sugiera Henry en 1929.

    En su libro de Historia cultural e imágenes de San José del Cabo, la Dra. Edith González Cruz, el Dr. Luis Arturo Torres y el Mtro. Ignacio Rivas Hernández, publicaron un informe del presidente municipal del citado pueblo en esa época, Rodrigo A. Castro, al entonces Gobernador del Distrito Sur de la Baja California y señala lo siguiente:

    En la mañana del 17 se nos presentó en general un cuadro de miseria y de ruina, la agricultura terminada por ocmpleto, árboles, palmeras, plantíos de caña y demás que había en las huertas todo destruido; el arroyo nos trajo una avalancha de agua que llevó consigo en su impestuosidad algunas víctimas...; las conocidas hasta este momento son: dos, en este lugar: tres, en el pueblito de San José Viejo; cinco, en el de Santa Catarina: una el de las Ánimas; otra en el rancho de los Encinitos, estos muertos por habérseles caído las casas encima; y además se encontró el cadáver de una señora y el de una niña en un punto de la costa llamado La Salina, al Este del puerto; agregando que resultaron muchas personas lesionadas en distintas formas, algunas de ellas bastante graves. Las casas en genera de todos estos lugares, destruidas quedando muy contadas en pie algunas. El cuadro de miseria es tan desastroso que todas las clases sociales, en una palabra, están incapacitadas de reconstruir o reparar sus hogares. La iglesia de este lugar completamente destruida; las torres y estación inalámbrica totalemtne destruidas; los edifcios escolares de toda la municipalidad destruidos: la casa municipal amenazando ruina por hacerse cuarteado la torre del reloj público que se desplomará de un momento a otro y trayendo el consiguiente peligro de trabajar allí en las oficinas de la Tesorería y Secretaría, sus tapias, cárcel pública derrumbados; el rastro municipal, la estación del agua potable, el Jardín público, todo destrozado totalmente. El juzgado Menor y la Aduana Marítima, con muchos desperfectos. El comercio sufrió enormes pérdidas, las bodegas con depósitos de mercanciás y víveres derrumbados casi por completo, quedando muy pocos víveres que pudieron salvarse.

     Ni la solidaridad de algunos comerciantes locales al proveer de manera gratuita de alimentos a la población, ni los esfuerzos del Ayuntamiento ni del propio Gobierno del entonces Distrito Sur de la Baja California, fueron suficientes para contener la situación de desesperación y desamparo que se presentó en los días posteriores al paso del huracán. Gran parte de las viviendas fueron destruidas y la infraestructura urbana fue severamente afectada, los caminos estaban intrasitables y , como menciona el entonces alcalde en su misiva, se derrumbó la torre inalámbrica que comunicaba con La Paz y el resto del Distrito Sur peninsular, además de las escuelas destruidas, la torre del reloj terminó viniéndose abajo días después, afectando la Presidencia municipal. Hay una foto que deja ver la magnitud del desastre en toda su crudeza, y esta es la de la Iglesia del pueblo totalmente desmoronada, el edificio comenzó a ser levantado en el año de 1730 por el padre Javier Nicolás Tamaral (1687-1735), de la orden jesuítica. Es así que la edificación de la que hoy se conoce como la misión josefina pertenece al siglo XX.




    Sin duda los daños que dejó el cicló de 1918 fueron catrastróficos e históricos, también los datos meteorológicos nos hablan de cuestiones históricas, por ejemplo de que El Triunfo recibió más o menos 508 milímetros de precipitación durante el paso del huracán. Cantidad excepcional de lluvia que sólo ha sido recibida en nuestra media península tras el paso o máximo acercamiento de huracanes mayores. Todos estos datos nos llevan a pensar que el de 1918, es altamente probable que se tratara de un huracán cat. 3. Integrándose a la lista de huracanes mayores que han tocado tierra en Sudcalifornia durante los últimos cien años: el ciclón de 1918, el de 1941, Olivia en 1967, Kiko en 1989 y Odile en 2014. Aventurándonos en la especulación, podríamos postular que Baja California Sur, recibe en promedio 5 huracanes mayores por siglo, uno cada veinte años; otro dato bastante interesante, que nos podría sugerir cierta regularidad en el paso de estos monstruos por nuestra tierra.
     


  


domingo, 10 de abril de 2016

EL MES DE ABRIL Y LA ESTACIÓN SECA EN BAJA CALIFORNIA



 Abril es el mes de la recalada primaveral, donde el calor peninsular retoma su energía suspendida  para regar de Sol los surcos milenarios ya resecos y abiertos con su acción. Sólo unos días antes de abril comienza la primavera en el hemisferio norte del mundo, y esa primavera es recibida en Baja California Sur, por regla general, con cielos despejados y temperaturas templadas, y bueno, digo templadas desde el punto de vista choyero; pues para los cánones generales de temperatura en el planeta, se considera cálido por arriba de los 25°C, temperatura que en más de tres cuartas partes del año rebasamos en la media península por las tardes.

  Dos de los meses que, por lo regular, se van en cero en cuanto precipitación en Baja California Sur, son precisamente abril y mayo, por eso es en sumo grado extraño ver lluvia en nuestro estado durante esos meses, desde hace cientos de años esta penuria producida por la falta total de agua ya era bastante conocido, los antiguos californios fueron una civilización que no logró alcanzar un gran desarrollo cultural, precisamente por esta recurrente escasez de recursos que existe en la península californiana, sobre todo en lo que se refiere al agua, cuando disminuye su disponibilidad durante los meses de sequía (marzo a junio) el frágil equilibrio de los recursos tiende a romperse volviéndose muy complicado sobrevivir en un ambiente tan seco, cálido y hostil. Los antiguos californios dividían en seis las estaciones del año, esto nos da una idea de la variedad de las condiciones que ellos llegaban a percibir en un lugar que, alguien que no sea de aquí, en cualquier momento del año sólo alcanzaría a distinguir con dos características: desierto y cálido. Para los californios esta clasificación de las estaciones se encontraba supeditada al de la lluvia y su efecto en la disponibilidad de recursos alimenticios; las dos peores estaciones precisamente eran las de estas fechas: mayibén iba de mediados de febrero a mediados de abril y, la última estación, la sexta que cerraba el ciclo, era mayibén-maayí, la cual comprende de mediados de abril a mediados de junio y es la peor estación del año pues se agotan todas las reservas posibles de agua y alimento y el monte se subsume en una sequedad plena, negando cualquier fruto necesario a la sobrevivencia. 

   La inconquistable California tampoco dio concesiones a los navegantes y exploradores españoles que intentaron poblarla a partir del siglo XVI, la colonia que Hernán Cortés funda durante 1535 en la Bahía de la Santa Cruz, hoy La Paz, apenas consigue mantenerse un año y eso a costa de un tremendo esfuerzo económico y de recursos por parte del orgulloso conquistador de México, quien sin embargo tuvo que abortar finalmente a su labor de poblamiento por la incapacidad de adecuarse a la hostilidad del medio californiano, su calor, su ausencia de lluvias y aguajes, con sus condiciones exiguas en cuanto a disponibilidad de comida, imposible sembrar, imposible criar ganado, imposible obtener material para construir viviendas y navíos. Tuvieron que pasar más de 150 años y sólo los padres jesuítas, comandados por el espíritu de Eusebio Kino y el tesón del padre Juan María de Salvatierra lograron crear ciertos enclaves poblacionales y esto después de también varios años de intentarlo infructuosamente. Entendieron que, si de alguna manera se podría vivir en este largo espinazo rocoso y arenoso, la única forma de tal proeza era haciéndolo arrimado a los poquísimas fuentes de agua dulce que existen en el medio peninsular; y así fue como de alguna manera pudieron establecerse y subsistir los nuevos pobladores de California aprovechando los oasis que se abren entre algunas cañadas de las serranía; curioso es que, mientras los recién llegados lograban sobrevivir y aguantar las duras condiciones del desierto peninsular, los propios californios comenzaron a resentir el encuentro cultural con las condiciones impuestas en las pequeñas rancherías por los recién llegados. Sin duda, de alguna manera coexistieron dos formas distintas de entender cómo habitar la península californiana, la adaptación de los californios ahora no se pudo dar. Si de alguna manera, lograron durante cientos, quizá miles de años, lograr conseguir sostenerse en las estériles llanuras y sierras peninsulares, no les fue posible cambiar a las nuevas formas de habitar que trajeron los nuevos pobladores. Es trágico que desapareciera una forma de vida milenaria como las de los cochimíes, guaycuras y pericues, pues con ellos se fue toda una cosmovisión y forma de adaptación social de una cultura al medio californiano; es muy poco lo que sabemos de ellos, sin duda siempre necesitaremos esa pieza fundacional de nuestra historia, del inicio de la presencia humana en esta dura inhóspita pero hermosa tierra.

   Como lo comentábamos, estamos en los meses de condiciones más secas en la península, esto se da por los cambios mismos de la temporada y las estaciones. Quedamos en una franja de tierra entre los 20 y 30° de latitud, franja en la que se ubican los mayores desiertos de la Tierra, por ejemplo el Sahara en África en el hemisferio norte, o el gran desierto australiano en el hemisferio sur. Pero, al contrario del Sahara, la península bajacalifornia es demasiado estrecha, eso no le permite albergar amplias porciones interiores de "zona continental" de desierto, a excepción del desierto de Vizcaíno. Esta falta de extensión, cortada súbitamente por el Pacífico y el Golfo, de alguna manera regula la temperatura y la humedad. También la sierra de la Giganta que corre como una espina dorsal peninsular de norte a sur, es condicionante en la captación de humedad para tener un pequeño período de lluvias de temporada, el cual resulta crucial para la vida de las especies en la región.
 
    Dos grandes serranías también hacen su parte en los extremos: La Laguna en el sur y San Pedro Mártir en el norte. Durante los meses de verano se tiene otro aporte fundamental: el acercamiento de los ciclones tropicales del Pacífico nororiental; estos grandes remolinos tormentosos acercan la humedad desde la zona del monzón ecuatorial, creando precipitaciones importantes en la península, las cuales recargan los llamados aguajes y llegan a inundar grandes llanadas en algunas partes, lo cual hace que el agua pueda permanecer en la superficie durante meses o incluso años, dependiendo del lugar que se trate; el predominante viento del sur durante la temporada húmeda también logra aportar gran cantidad de nubosidad en esas épocas. Pero el invierno también tiene su aporte líquido al caudal sediento peninsular, durante los meses de noviembre a marzo bajan, desde el ártico, inmensas zonas de baja presión de núcleo frío -tormentas invernales- que tienen un mayor efecto en el norte de la Baja California, pero si son lo bastante potentes, también llegan a regar con lluvias el sur de la península, en gran parte del noroeste de México dichas lluvias son conocidas con el nombre de equipatas. Regularmente durante el invierno el viento predominante en la Baja California es del norte, por la entrada de frentes fríos que y las tormentas invernales que mencionábamos. Entonces tenemos que las lluvias de invierno en Baja California vienen del norte y, por lo tanto, es esa zona peninsular la que se ve mayormente beneficiada por este fenómeno, mientras que, durante el verano, las lluvias llegan del aporte húmedo del sur, por lo que la zona sur de la península es la que presenta mayor presencia de lluvias durante esa temporada.

  Pero hay una tercera condición que se entromete en los períodos de transición. Durante mediados de invierno los vientos empiezan a llegar del oeste, lo cual aporta humedad del Pacífico, estas son las denominadas corrientes de chorro, conocidas como jet stream en inglés,  las cuales son corrientes de aire fuerte en altura que arrastran nubosidad consigo. Si se dan las condiciones, se pueden tener durante enero a marzo, la presencia de la entrada de una tormenta invernal del norte y una corriente en chorro del oeste a la península, de conjugarse estas condiciones tenemos entonces fuertes lluvias que pueden dejar grandes inundaciones en nuestra tierra, como la que se presentó el 11 de febrero del año 2005 en La Paz, cuando en ese sólo día cayeron 53.2 mm. de lluvia.

  Como podemos ver, la lluvia es un asunto muy serio en la Baja California, tan serio que determina absolutamente todo, empezando por lo más importante como lo es la vida misma. Durante nuestra historia, los pobladores de esta tierra se han visto subyugados a la necesidad de la caída del líquido precioso de las nubes, la ausencia de dicha caída provocaba enormes sufrimientos en los antiguos californios, grandes pérdidas a las fortunas de los exploradores españoles como Hernán de Cortés, casi le cuesta la fe y la vocación a los padres jesuitas que trataban de evangelizar en el extremo occidental neoespañol, en tiempos del México independiente sigue costando años de trabajo a los rancheros peninsulares quienes, en una sola temporada de sequía, ven morir el ganado y el esfuerzo que por años han cuidado.

   Y el asunto se vuelve vitalmente serio en la época de secas cuando los afanes por conseguir el agua se hacen más exigentes y prolongados, hay que rastrearla más lejos, hay que cuidarla más que nunca. He ahí la alegría sudcaliforniana al ver caer las gotas del cielo, no son parte de la cotidianidad del paisaje, y no sólo embellecen la campiña, también poseen cierto significado, significan ni más ni menos la permanencia de la vida un tiempo más, significan la posibilidad de ser partícipes de la magia creadora de la naturaleza, la cual todo lo modifica, con las condiciones necesarias de humedad. Fuerte, mucha, poca, leve, llovizna, briseada o sólo una "meada", toda precipitación presupone alegría en la sociedad sudcaliforniana y el motivo de fiesta es más que justificado. Por eso todo lo detiene la lluvia, marca el tiempo, es el tiempo mismo deshilachándose en cascada, se abandona toda ocupación al regocijo de experimentar el espectáculo creador por excelencia. El sudcaliforniano se abre al mundo, acostumbrado a vivir en una roca ardiente rodeada de mar, experimenta la posibilidad de vincularse con el cielo, la lluvia es triunfo de lo sagrado, Dios se manifiesta en finos hilos que desempolvan el alma, por eso es un momento divino ver dicho espectáculo, es la existencia impactada por la sustancia creadora, como en ningún otro lugar tan oportuna y esperada. Si usted ve a un sudcaliforniano apreciando la lluvia no lo interrumpa, está rezando, se comunica con las deidades, pasa lista en el Universo y comprende que es un mundo dentro del mundo.

  Es difícil, más que nada extravagante ver la lluvia en abril por acá. En lo que se refiere a la ciudad de La Paz tenemos pocos años en los que se presenta y en este 2016 tuvimos esa bendita excepción. Desde hace algunos días, los últimos de marzo, el pronóstico me indicaba algo de lluvia para el día 7 de abril en nuestra ciudad. No le di importancia, como hemos visto abril y lluvia son dos términos hasta antitéticos en nuestra tierra, pensé que era un equívoco o fallo de cálculo de la máquina. Empezando el mes desapareció el pronóstico y la lógica se impuso. Sin embargo la predicción volvió a aparecer para el 5 de abril, esta vez más fuerte y consistente, señalando la posibilidad de lluvia de 5 a 10 mm. en la ciudad durante el día 7. Y así sucedió finalmente el día jueves tuvimos lluvia en la ciudad, se presentaron las primeras precipitaciones al oeste de la ciudad con llovizna sobre las 5 de la tarde. El inconfundible olor a tierra mojada fue esparcido por toda la ciudad por un viento que arrastraba el nuberío desde el océano Pacífico, en dirección al golfo de oeste a este. Poco antes de las seis de la tarde se presentó un manguita de lluvia que no superó el medio milímetro de precipitación. Lo bueno llegó después de las siete de la tarde, una tormenta fue tomando forma sobre el oeste de la ciudad, la cual comenzó a dejar precipitación a partir de las 19:30 horas en la ciudad, la lluvia se prolongó durante casi una hora de una manera fina pero constante. En total se tuvo un registro de precipitación de 4.6 mm. en la estación del SMN que se encuentra en Blvd. Colosio esquina con calle México, en la zona sur de la ciudad y Aeropuerto el acumulado fue de 5.08 mm. de lluvia. 

   El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) cuenta con un registro de las condiciones de lluvia y temperaturas presentadas en la ciudad de La Paz desde el año de 1940, según dicho registro son muy pocos los días que ha llovido en la ciudad en el mes de abril, y a saber son los que siguen, sólo colocado el día y el año en la primera cantidad, obviando el mes que es abril como quedó dicho:

07/2016    4.6 mm./ 5.08 mm. Aeropuerto
23/2015     0.2 mm.
12/2015     0.4 mm.
09/2015     0.1 mm.
09/2010     0.1 mm.
24/1999     0.6 mm.
18/1987     3.3 mm.
28/1986     3 mm.
27/1986     6.2 mm.
26/1986     2.5 mm
05/1973     1.5 mm.
27/1968     0.5 mm.
22/1956     3.8 mm.
23/1952     5 mm.
18/1952     20 mm.

  Si nos atenemos a los registros, la del pasado día jueves fue la décima quinta vez que llueve en un mes de abril en la ciudad de La Paz en los últimos 76 años. Como podemos apreciar las posibilidades de lluvia durante este mes son realmente excepcionales, por lo que el espectáculo que disfrutamos en días recientes es digno de enmarcarse en la memoria y recordarse. Los dejo con algunas imágenes que guardo en mi archivo personal sobre dos eventos de lluvia en el mes de abril durante años pasados y, al final, dos fotos de la lluvia de este pasado 07 de abril.


A las 08:00 am. del día 09 de abril de 2010 la entrada de humedad del Pacífico generó una pequeña tormenta sobre la ciudad de La Paz, incluso se escucharon algunos truenos, la cantidad de lluvia fue raquítica, moviéndose la tormenta hacia el este, internándose en el Golfo de California.




Gruesa capa de nubosidad durante la tarde del 23 de abril del 2015 sobre la ciudad de La Paz.

Tormenta en crecimiento la tarde del 7 de abril de 2016 sobre la ciudad de La Paz. Vista desde la Universidad Autónoma de Baja California Sur.


Lluvia en Blvd. Agustín Olachea en La Paz durante el 07 de abril de 2016, parte más intensa de la lluvia cerca de las 20:15 horas.